Traduccíon: Cecilia Ludueña
No todos los jugadores de futbol ganan millones de dólares, usan ropa brillante y manejan autos de alta gama. Actualmente, muchos de ellos no lo hacen.
La mayoría de los jugadores deben trabajar mucho, para ayudar a sus familias y asegurarse su propio futuro. Hoy en día, casi todos los equipos de fútbol tienen jugadores extranjeros provenientes de Latinoamérica, África, Asia, etc. Muchos de ellos son jugadores talentosos que han jugado la mayor parte de sus carreras en el exterior, pero nunca han participado en los equipos nacionales de su propio país. Ellos no son millonarios, no han firmado contratos comerciales y no tienen una zapatilla de Nike con su nombre. Ellos son los “trabajadores del fútbol”, los verdaderos empleados de esta profesión. Casi siempre están en movimiento. Una llamada de un agente puede llevar a una jornada internacional – “Hoy estas en Rusia, mañana en Angola y la próxima semana en Arabia Saudita. A donde sea que los contratos y los agentes te lleven, vos vas”.
Adrián “Carucha” Fernández, 33, es un ejemplo de los representantes de los “trabajadores del fútbol”. Su carrera lo llevo a través de muchos países, obstáculos, altibajos, gente y aventuras, pero él nunca abandono sus valores y sus metas.
BabaGol tuvo el placer de sentarse con Adrián, para compartir una taza de café y una larga charla acerca de su vida en el mundo del fútbol.
Fernández creció en San Martín, provincia de Buenos Aires, en un barrio pobre. Drogas, armas y crímenes eran parte de la vida cotidiana. Algunos de sus amigos, con los que había jugado al fútbol, han fallecido o están en prisión. En su caso el cliché es cierto; El fútbol era su único ticket de salida de aquella realidad. Fernández atribuye su ética laboral en el fútbol al ambiente en que sus padres lo criaron y le enseñaron, mostrándoles a él y a sus hermanos el valor del trabajo duro y la educación.
“Yo no tenía 7 pares de zapatillas como mis hijos tienen hoy en día, gracias a dios”, él dice mientras acaricia la cabeza de su hijo, “Yo solamente tenía un par de zapatillas y tenía que cuidarlas bien. En aquel momento, solo teníamos hambre en nuestros estómagos – hambre de comida y de éxito – para seguir en el camino”.
Apodado “Carucha” debido a su cara ancha y redonda, Fernández hizo su debut local para el club Nueva Chicago cuando tenía 17 años y jugó allí por cinco años. Luego de que se recuperó de su lesión de la rodilla, estuvo una temporada en El Porvenir, antes de que su viaje al extranjero comenzara.
El club chileno, Colo Colo, fue la primer parada de Adrián fuera de la Argentina. Como un argentino anónimo, él debutó en el clásico Chileno y jugó con algunos de los grandes jugadores de Chile. Arturo Vidal, Matías Fernández y Claudio Bravo estaban usando el uniforme del Colo Colo en aquellos días. Siete meses en el club mas grande de Chile fue suficiente para él, para convertirse para los fans, en uno de los mas queridos de todos los tiempos – un tema recurrente en su carrera, ya que Adrián es un amado personaje en la mayoría de los clubes que ha jugado.
“Soy una persona muy emocional, y doy todo por el equipo. Mis compañeros saben que yo voy a estar ahí para ellos en cualquier situación. Yo no soy una estrella, por que simplemente no lo soy, pero para cada equipo que jugué, era un jugador importante por las cosas que llevaba a la cancha.”
Su segundo equipo en el exterior fue The Strongest de La Paz. El club había logrado calificar para la Copa Libertadores mientras que su goleador número uno, Adrián estaba encantado con la idea de jugar en el torneo mas importante de la región. Desafortunadamente, ellos perdieron. Luego de 12 partidos y 6 goles, Adrián dejó el club sin recibir ningún salario, ya que la gerencia no podía cumplir con su contrato debido a pérdidas financieras a raíz de la perdida de la Copa Libertadores. Por suerte, Fernández impresionó a un agente alemán que lo había visto hacer dos goles seguidos.
“Hasta ese momento nunca había trabajado con agentes, por que no quería que nadie me manejara o me controlara. Para los agentes, los jugadores de fútbol son simplemente números. Ellos pueden mandarte a jugar en China o en Siberia cuando no hay nada allí, pero si a ellos les pagan esta bien, sino dejas de estar “en su lista”. Con Billy era diferente, teníamos una buena relación”.
Cuando la aventura Boliviana terminó, él volvió a Buenos Aires tocando fondo estando al borde con sus finanzas, luego de meses sin percibir ningún tipo de salario, llegó a uno de los momentos mas duros de su carrera.
“Billy me había pedido que le envíe dos vhs de mis mejores momentos desde una oficina de DHL. Cuando me pidieron que pague el envío, me había dado cuenta que eso era todo. Tenía unos cientos de pesos abandonados en mi bolsillo, y eso era todo. Fue el momento que me pregunte a mí mismo: “Adrián, ¿Qué vas a hacer? ¿a dónde va todo esto?”. Eleonora, mi esposa, me ayudo y me alentó para volver a reponerme. Fue le momento mas duro de mi vida por que entendí que si yo quería progresar debía dejar Argentina, para bien. Decidí que debía mirar hacia adelante y nunca mirar atrás”.
Y eso fue lo que hizo.
Alemania, Rusia, Emiratos Arabes, Suiza, Bulgaria e Israel. Durante sus viajes, Fernández ha formado una familia con su esposa Eleonora, aprendió seis idiomas, experimentó nuevas culturas y estilos de vida y ha anotado una enorme cantidad de goles.
“Es muy difícil adaptarse a un nuevo lugar cada uno o dos años, pero yo soy un nómada”, se ríe. “No tenía alternativa. A mi nunca me ofrecieron contratos gordos, así que libre de agentes, necesitaba un contrato para firmar en orden de poder sobrevivir y salvarme. Ahora tengo 34 años. Estuve jugandocomo jugador profesional de fútbol por 16 años. Es cierto que no soy rico y que no tengo mucho dinero, pero soy rico en los modales y las culturas, en espíritu y experiencias. Podría haberme quedado en Colo Colo por 5 años y ganar todos los títulos que quería, pero eso no sucedió. Puedo estar frustrado por eso, pero no habría aprendido a hablar seis idiomas”.
En Dubai, él jugó para Al Sha’ab y muchos de sus compañeros eran multimillonarios, que estacionaban sus Ferraris en el estacionamiento de donde entrenaban. En Suiza él tuvo grandes temporadas tanto con Schaffhausen como con St. Galen, y se convirtió en un reconocido goleador en la liga europea; En Bulgaria, aprendió el lenguaje local y su cultura. También, allí tuvo a su segundo hijo. Durante su tiempo en Chernomorets hizo 18 goles, hizo 12 asistencias en 62 partidos y también jugó en la Liga Europea. Cuando los sponsors del equipo desaparecieron y el club tuvo problemas de financiamiento. Fernández intentó volver a Suiza luego de hablar con Lugano, pero eventualmente se encontró a él mismo en Israel. En las pasadas cuatro temporadas Fernández fue un jugador de la segunda división. Jugó para Hapoel Ramat Gan, Ramat HaSharon, Hapoel Petah Tikva y ahora para Maccabi Herzliya. En paralelo, él también entrena al departamento de jóvenes jugadores del Hapoel Petah Tikva’s.
“Israel es mi segundo hogar. Usualmente cambio de país luego de dos años y ahora es mi cuarta temporada acá. Es ciertamente un record”, él sonríe.
Como en cada entrevista de BabaGol, Adrián contestó las “Preguntas Personales de Fútbol”, pero en una versión extendida.
¿cuál es tu posición preferida?
Delantero, por supuesto.
¿cuál es tu formación favorita en un equipo de fútbol?
Creo que no hay nada como las formaciones. Depende de los jugadores que tengas en tu equipo. Como entrenador, debes encontrar el estilo de juego que mas se adecua a tus jugadores, de modo de que ellos puedan dar un 100% y disfruten jugando. Eventualmente, el fútbol es un juego del momento.
¿quién es el mejor entrenador que tuviste?
Hay dos. Rolf Fringer del St. Galen y Krasimir Balakov de Chernomorets Burgas
¿Qué harías si no jugarías al fútbol?
Me convertiría en chef o en actor de películas
¿Cuál es tu equipo favorito?
Nueva Chicago, no hay otro.
¿Quién es tu jugador preferido?
Carlos Tevez. Cuando era chico me gustaba Batistuta, Maradona y Ronaldo (“El fenómeno”)
¿Cuál fue uno de tus mejores momentos futbolísticos?
Mi momento favorito fue la promoción con Nueva Chicago a Primera División. Era mi sueño, era el sueño de mi familia. Ese fue un momento de orgullo y alegría.
¿Cuál es tu sueño en el fútbol?
Yo tengo un “Proyecto de entrenamiento” de fútbol que desarrollé en los Estados Unidos, pero no me gusta llamarlos un “sueño”. Prefiero llamarlo una “meta”. Los sueños son algo que no se pueden tocar, las metas son algo real y alcanzable.
Describí a Adrián Fernández.
Esta es una oración que me enseñó mi padre. “Prefiero que la gente me recuerde como una gran persona que como un gran jugador. Un buen jugador es un buen jugador, pero una buena persona es alguien a quien la gente recuerda como amigo, como una conexión”. Bueno, ese soy yo.